Los reconocidos científicos
María Teresa Uriarte y Enrique Florescano Mayet, presentaron en el marco del
Festival Internacional de la Cultura Maya sus más destacadas investigaciones.
El presidente
ejecutivo del FICMaya, Mtro. Jorge Esma Bazán, estuvo presente en ambos
eventos, acompañado por el Antropólogo Alfredo Barrera Rubio, quien fue
recipiendario de la Medalla Yuri Knorosov 2015, ambos atestiguando los
conocimientos que los académicos presentaron en el Festival, como parte del
compromiso que desarrolla ‘La ciencia’ como eje temático que conforma el 65 por
ciento de este evento.
La plática de la
Dra. Uriarte giró en torno al hecho de
que en el mundo contemporáneo las ciencias y el arte se consideran dos
entidades separadas, con métodos y objetivos totalmente distintos. Detalló que
esto no fue así en el mundo prehispánico, mucho menos entre los mayas que
concibieron sus obras como la naturaleza en unión y armonía de sus partes
integrales.
En Bonampak, se
ve una evidencia de lo anterior por la manera como la química, las matemáticas,
la astronomía, la biología se reflejan en las pinturas que lo hicieron famoso a
nivel mundial desde su descubrimiento. Por lo que la presentación de la
académica hizo un resumen de esos campos vinculados con el arte pictórico de
dicha ciudad del periodo Clásico.
Definió a la
pintura prehispánica como un “juego de tiempos”, en donde trazos y relieve
comparten temporalidad, destacando que para elaborarla se utilizaba la cal dolomítica
a la que se le adicionaba arena de sascab y maderas resinas como el holol, que
permiten dar una gran maleabilidad a la cal para hacer grandes obras de arte –sobre
todo artesanías-, lo cual dijo, era una técnica muy precisa que daba muy buenos
resultados, misma que no se conocía en Europa.
“La pintura
precolombina dura mucho porque es dura, al frotarse se produce un efecto
químico que al secarse se endurece, lo cual provoca la amplia durabilidad de la
pintura maya, lo cual está desapareciendo gracias a la intervención de nuestros
restauradores contemporáneos”, expresó.
Durante su
intervención hizo también referencia a las plantas que los mayas usaban como
alteradores de conciencia, destacando al respecto que las utilizaban como
portal para visitar a sus antepasados, situación que también se hizo evidente
en los pueblos antiguos de la mayoría de las culturas de todo el mundo, como lo
demuestran los actuales estudios científicos.
Por su parte,
Enrique Florescano, durante su presentación ¿Cómo se hace un Dios?resumió una
nueva interpretación sobre la construcción de dioses mesoamericanos basadaen la
cosmogonía, los mitos, la iconografía, el rito y las ceremonias.
Habló de
deidades como el Dios del viento, del cual dijo que está presente en las
culturas más tempranas de Mesoamérica, como los murales de San Bartolo en donde
aparece el Dios 9 viento que se identifica con otros dioses que tienen
paralelismo en otras culturas.
Detalló que
monumentos como los que se encuentran en Yaxchilán llevan símbolos de ik
(viento), representación que de igual manera se encuentra en la Cultura Olmeca,
como lo demuestran algunas figuras que se han localizado pertenecientes al periodo
preclásico. Esto demostraría que el Dios del viento está relacionado el
desarrollo más temprano de las antiguas culturas.
El director
ejecutivo del FICMaya, Mtro. Jorge Esma Bazán, agradeció al académico e hizo
referencia a su destacada trayectoria como historiador de culturas
prehispánicas, y le entregó un reconocimiento en representación del gobernador
del Estado de Yucatán, Lic. Rolando Zapata Bello.
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